Cómo se realiza esta prueba de detección del ganglio centinela y qué ventajas proporciona antes de la cirugía del cáncer de pecho
El ganglio centinela es el primero por el que podría diseminarse el cáncer de pecho y así alcanzar a otros órganos. De ahí la importancia de conocer cuál podría ser el ganglio axilar con más riesgo, su localización, cuántos son y si ya está afectado por el tumor.
El doctor Guillermo Bascuñana Estudillo, cirujano del Hospital Quirónsalud Córdoba, nos comenta que «es imprescindible conocer la posible afectación de los ganglios axilares a través de la vía linfática, puesto que es el principal modo de progresión de las células tumorales desde la mama al resto del organismo».
Para ello, se pueden utilizar las técnicas de medicina nuclear como la linfogammagrafía, que es una prueba reciente y fiable para detectar el ganglio centinela y su grado de afectación. Gracias a ella, es posible decidir previamente, y con mayor precisión, si es necesario realizar el vaciamiento axilar completo o no, evitando posibles secuelas derivadas de esta intervención.
Conoce cómo se detecta el ganglio centinela, qué es la linfogammagrafía y sus ventajas de aplicación en el cáncer de seno.
Cómo se detecta el ganglio centinela
El doctor Bascuñana nos explica que «existen pruebas de imagen radiológicas que pueden detectar ganglios centinelas metastásicos, infiltrados por células tumorales, confirmándose su positividad a través de la biopsia por punción, pero entre un 25-30% de los ganglios negativos por pruebas de imagen pueden estar afectados por células tumorales malignas». Por eso, tradicionalmente, se procedía a extirpar todos los ganglios axilares de la mama, lo que se denomina vaciamiento completo de la axila, sin haber podido confirmar antes el nivel de afectación de estos ganglios. La consecuencia de ello era que, en el caso de resultar negativos, se había realizado una operación innecesaria, con los posibles efectos que eso podría ocasionar en la paciente, como parestesias y linfedemas.
Afortunadamente, de manera reciente, se ha incorporado la linfogammagrafía, que es una técnica avanzada para saber la afectación de los ganglios axilares sin necesidad de una extirpación previa. A su vez, esto facilita la elección de la intervención posterior más adecuada.
Linfogammagrafía en el cáncer de mama
Es una novedosa prueba diagnóstica para la detección del ganglio centinela, cuya principal ventaja es que no hace falta extraer los ganglios axilares para confirmar o descartar que están afectados por el tumor, aportando información adicional muy útil para la intervención quirúrgica.
El doctor Bascuñana nos destaca que «la linfogammagrafía es fundamental para el tratamiento quirúrgico, médico y radioterápico, así como para establecer un pronóstico del cáncer de mama».
Además, no produce efectos secundarios y reacciones de tipo alérgico. De hecho, el doctor Pablo Ignacio Contreras Puertas, especialista en Medicina Nuclear del mismo centro, nos indica que «es una prueba de Medicina Nuclear muy segura y muy bien tolerada por las pacientes».
Cómo se realiza la linfogammagrafía
El doctor Contreras nos explica que «unas horas antes de la cirugía se realiza la linfogammagrafía en el servicio de Medicina Nuclear y, a continuación, el especialista se traslada al quirófano con una sonda detectora de radiación gamma para ayudar al cirujano a localizar el ganglio centinela».
El procedimiento es similar al de todos los métodos utilizados con el mismo objetivo, en los que se inyecta una medicación, que puede ser colorante, nuclear o magnética, alrededor del tumor o de la areola del pecho afectado. Este fármaco recorre un camino idéntico al que seguirían las células tumorales, llegando a los ganglios centinelas, que son los primeros en ser infiltrados. La detección de estos ganglios es posible por el color o por las señales emitidas, haciendo un estudio de anatomía patológica intraoperatoria, que muestra el nivel de afectación durante la operación. De esta manera es posible decidir si se debe proceder al vaciamiento axilar total o no, y también facilita la reconstrucción mamaria en caso de mastectomía.
En el caso concreto de la linfogammagrafía, se visualiza el desplazamiento del radiofármaco por los ganglios linfáticos hasta alcanzar los centinelas, y así se conoce su número y ubicación antes de llevarse a cabo la cirugía.
Para qué sirve esta prueba de medicina nuclear
Antes de la cirugía, esta técnica permite:
- Observar la trayectoria del radiofármaco a través de los ganglios linfáticos hasta los ganglios centinelas.
- Determinar el número de ganglios centinelas, en caso de que haya más de uno.
- Conocer la localización de los ganglios centinelas en la axila o fuera de esta, como los intramamarios o torácicos.
Por último, el doctor Contreras añade que «el mayor avance en esta técnica ha sido el poder contar con equipos híbridos de gammacámara y TAC para obtener cortes tomográficos de la fusión de las imágenes de la linfogammagrafía y las del TAC». A consecuencia de esto se obtiene una mayor precisión en la biopsia, puesto que permite conocer la ubicación anatómica exacta del ganglio centinela.