La rinitis es la inflamación de la capa mucosa que recubre el interior de la nariz. Esto da lugar a los estornudos, la congestión nasal, los mocos y los picores insoportables, entre otros síntomas.
Normalmente la rinitis se asocia a la alergia, pero lo cierto es que también existen otros causantes, como una infección. De ello nos avisa la doctora Ana Novalbos Wischer, especialista en Alergología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid , quien nos destaca que «la rinitis es una de las principales causas de consulta en alergia, pero hay que tener en cuenta que no siempre está causada por una alergia, sino que también existen, y son muy frecuentes, las rinitis de causa no alérgica».
Pero ¿cuáles son los síntomas de la rinitis? ¿qué causa la rinitis alérgica? ¿esta enfermedad siempre la provoca una alergia? ¿cómo se diferencia la rinitis alérgica del resfriado común? ¿cómo se diagnostica y se trata?
5 señales de la rinitis
En general, se presentan estos síntomas:
- Rinorrea, que es la secreción de mocos nasales, con más o menos espesor y en abundancia
- Picor en la nariz
- Estornudos frecuentes
- Tapón u obstrucción en la nariz
- Pérdida de olfato, en algunos casos
Qué causa la rinitis alérgica
Nuestra alergóloga nos señala que «la rinitis alérgica está causada por la hipersensibilidad a partículas inhaladas a las que llamamos aeroalérgenos«.
Los aeroalérgenos que más influyen son:
- El polen. Nuestra doctora nos advierte que «la presencia de los pólenes variará según la zona geográfica y la época del año». Por ejemplo, en el centro de España, el polen del plátano de sombra provoca la rinitis en el mes de abril; mientras que, de mayo a junio, los pólenes más críticos son los de las gramíneas y el olivo. En invierno también puede aparecer la rinitis alérgica debido al polen de ciprés, cuya época de floración es de enero a febrero.
- Los ácaros del polvo. Se trata de arácnidos, imperceptibles a la vista, que se encuentran en los colchones, las almohadas, las telas de las casas, así como en espacios cerrados. Nuestra doctora nos subraya que «los ácaros abundan en ambientes con un determinado grado de humedad, óptimo 75%, y de temperatura 15ºC», matizando que «en ambientes secos y en temperaturas extremas no suelen crecer».
- Los hongos ambientales. Se localizan en el exterior, especialmente en zonas donde se amontan las hojas, como los viveros o las áreas boscosas, en el césped y en el heno. Igualmente, crecen en las viviendas, en concreto en las zonas húmedas, los sótanos, los humidificadores y los alimentos almacenados, entre otros. Nuestra doctora nos explica que «los hongos ambientales producen esporas que se diseminan por el aire y pueden ser causa de alergia», añadiendo que «es característico el empeoramiento de la rinitis por esporas de hongos los días de tormenta y viento, ya que se favorece la diseminación de estas».
- Los epitelios de los animales.
Dependiendo de cuál sea el aeroalérgeno que ocasiona la rinitis alérgica, sus efectos pueden persistir, tal como especifica nuestra doctora: «Si se trata de pólenes, los síntomas pueden aparecer durante un tiempo, más o menos prolongado, que se repite cada año en la misma temporada». Por el contrario, cuando los causantes son los ácaros o los animales de la vivienda, la rinitis alérgica se manifiesta todo, o parte, del año.
Otras rinitis no alérgicas
La alergia no es la única posible causa de esta enfermedad. De hecho, son frecuentes las siguientes rinitis no alérgicas:
- La rinitis de origen infeccioso, que es la más habitual
- La rinitis vasomotora, relacionada con los vasos sanguíneos
- La rinitis de origen físico, como la humedad o el frío
- La rinitis mecánica, debida, por ejemplo, a la presencia de un cuerpo extraño en la nariz
- La rinitis por el uso de fármacos
- La rinitis hormonal
- La rinitis atrófica
Distinguir entre rinitis alérgica y resfriado
Es normal que nos hagamos esta pregunta, y más todavía en la época de otoño e invierno, cuando son habituales las alergias y los resfriados.
La principal diferencia es que la rinitis alérgica surge al entrar en contacto con el aeroalérgeno y continúa hasta que finaliza esa exposición; en cambio, el inicio del resfriado es progresivo y dura una semana, aproximadamente.
A esto hay que añadir que la fiebre y el dolor articular y muscular son posibles síntomas de un resfriado, pero nunca de una alergia. Asimismo, nuestra doctora añade que «en general en la rinitis alérgica habrá más picor nasal, se asocia con mucha frecuencia a conjuntivitis, y también picor en el paladar, la mucosidad suele ser muy líquida y los estornudos son más frecuentes».
Cómo se diagnostica la rinitis alérgica
Para ello debemos acudir a la consulta de Alergología donde se elabora la historia clínica y se solicitan las pruebas de la alergia, e incluso un análisis de sangre, que permiten confirmar o descartar la alergia.
Sobre la consulta, nuestra doctora nos detalla que «para el diagnóstico interrogaremos sobre las características de la rinitis, si hay picor, estornudos, conjuntivitis asociada, características de la mucosidad o la presencia de otros síntomas como fiebre». También se pregunta sobre la época en que se desarrollan los síntomas, su duración, si hay mascotas en la casa y cómo es la vivienda, entre otras cuestiones.
En el caso de los niños con rinitis alérgica, nuestra doctora nos aclara que «es frecuente que aparezca un pliegue transversal en el dorso nasal que se produce por el frotamiento vertical repetido de la nariz, se conoce como saludo alérgico».
Por último, es habitual solicitar las pruebas cutáneas para la alergia, o prick test, que permiten identificar el causante de la alergia. Para ello, se aplican en la piel los aeroalérgenos, como los pólenes, los ácaros, los hongos o los animales. También se puede recomendar un análisis para determinar los anticuerpos específicos en sangre, IgE.
Consejos para aliviar la rinitis de la alergia
Evidentemente lo más importante es no exponernos al aeroalérgeno, en la medida de la posible. En esta línea, nuestra doctora nos recomienda, por ejemplo, «evitar el contacto con animales, si son los causantes, realizar medidas de limpieza para evitar el crecimiento de los ácaros, etcétera».
Por otra parte, podemos administrar los tratamientos médicos para la alergia que nos paute nuestro especialista, como antihistamínicos y espráis nasales, junto a los antiinflamatorios para la nariz. No obstante, todos los fármacos deben ser pautados para cada caso.
Por último, nuestra doctora nos recuerda que «además del tratamiento farmacológico de los síntomas, su alergólogo valorará la posibilidad de administrar una vacuna específica, que persigue ‘curar’ la alergia».