Además de eliminar las arrugas, el tratamiento con toxina botulínica, o más conocido como bótox, también tiene usos terapéuticos, entre los que se encuentra la prevención de la migraña, que es un tipo de cefalea muy incapacitante.
El tratamiento con bótox consiste en realizar infiltraciones de esta sustancia en varios grupos musculares del cráneo y del cuello, de modo que se disminuye tanto el número de migrañas como su duración. Al respecto, la enfermera Olga Pajares Pascual, de la Unidad de Cefaleas del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz , nos indica que «la toxina botulínica se recomienda como una opción para la profilaxis de dolores de cabeza en los adultos con migraña crónica que no han respondido adecuadamente a los medicamentos preventivos orales de la migraña o que son intolerantes a ellos.»El uso de bótox solamente está indicado en ciertos casos, y además existen una serie de recomendaciones a tener en cuenta antes de su aplicación. Conoce todas las características de esta técnica que ayuda a decir adiós al dolor de cabeza.
Toxina botulínica para la migraña: en qué consiste
Esta sustancia se administra a través de inyecciones aplicadas en varios grupos musculares del cuello y del cráneo, con el objetivo de prevenir las migrañas crónicas. Una de las ventajas de este tratamiento de bótox es que no precisa hospitalización y además se realiza en 15 minutos en la consulta, lo que facilita que la persona pueda continuar con su rutina después del procedimiento.
Pero ¿cómo puede actuar el bótox en la migraña? Nuestra enfermera nos explica que «la toxina bloquea la liberación de neurotransmisores relevantes en la transducción del dolor, como el péptido relacionado con el gen de la calcitonina, glutamato y sustancia P». Así, se consigue inhibir la inflamación neurogénica y, de forma secundaria, también se impide la sensibilización periférica, lo que supone una disminución de las señales de dolor periférico hacia el sistema nervioso central. «De esta forma, se reduce la sensibilización central, que es lo que finalmente explica la cronificación de la migraña», concluye nuestra enfermera.
Nuestra enfermera destaca que «en la práctica clínica de numerosos estudios se ha confirmado la eficacia de este tratamiento que, además, es bien tolerado, por lo que se mantiene a largo plazo en la mayoría de los pacientes ayudando a mejorar su calidad de vida».
Concretamente, en dos de estos estudios clínicos, Preempt I y Preempt II, se comprobaron los siguientes beneficios tras aplicar la toxina botulínica:
- Disminución de los días con este dolor de cabeza tan intenso.
- Menor duración de los dolores de cabeza.
- Incremento de la actividad diaria de las personas que recibieron este tratamiento.
Gracias a estos estudios y a sus resultados, se aprobó la toxina botulínica tipo A como tratamiento para prevenir la migraña crónica. En el caso de España, se autorizó en 2012 la aplicación de OnabotulinumtoxinA (OnabotA), que «es un complejo proteico producido por la bacteria Gram+ anaerobia clostridium botulinum«, nos indica nuestra enfermera. Esta sustancia se muestra como un polvo blanco y es necesario reconstituirla con una solución salina normal.
Cómo se aplica el bótox en personas con migraña
Se usa una aguja específica para ello, que puede tener una longitud diferente según el grosor de los músculos del cuello. En más detalle, nuestra enfermera nos explica que «se debe inyectar en todos los músculos en ambos lados, administrándose la mitad del número de inyecciones en el lado izquierdo de la cabeza y el cuello, y la otra mitad, en el derecho». La única excepción de esto es el músculo prócer, que requiere solo una inyección en un único punto.
Cuando el dolor de la migraña aparece en un lugar muy concreto, o en varios, se pueden añadir más infiltraciones en los grupos musculares occipital, temporal y trapecio hasta alcanzar la máxima cantidad recomendada por músculo.
Las dudas más habituales en consulta son:
- Cuál es la dosis recomendada. Se administran de 155 a 195 unidades por vía intramuscular en la región del cuello, a través de inyecciones de 0,1 mililitros, y se aplican en diferentes puntos, dependiendo de los grupos musculares, así como de la localización del dolor más intenso.
- Antes del tratamiento. Se aconseja evitar los ejercicios enérgicos con el cuello y no usar tintes para el pelo hasta 24 horas después.
- Después del tratamiento. Se puede continuar con la rutina con normalidad, puesto que no hace falta la hospitalización. Y los resultados suelen empezar a notarse a partir del mes.
- Efectos secundarios de la toxina botulínica. Aunque no son muy frecuentes, en algunos casos pueden producirse algunas secuelas de carácter leve y temporales, como dolor cervical, debilidad o rigidez muscular, caída del párpado y elevación de las cejas. Nuestra enfermera matiza que «los pacientes, generalmente, notan que no pueden arrugar la frente, y cuando pueden hacerlo nuevamente, puede ser una señal de que el efecto de la toxina se está desvaneciendo».
- ¿Es necesario repetir el tratamiento? Sí, en general, se recomienda aplicar de nuevo cada 3 meses para mantener su efecto, ya que, a partir de ahí, sus resultados pueden empezar a disminuir. Por eso, nuestra enfermera nos comenta que «es importante mantener un diario de cefaleas para adaptar la dosis».
En qué casos se recomienda la toxina botulínica
Antes del tratamiento, es importante analizar la historia clínica de cada caso para conocer todo el detalle acerca de sus migrañas. No obstante, en general, esta terapia con toxina botulínica se aconseja a personas con migraña crónica con estas características:
- Sufren dolor de cabeza 15 días al mes, como mínimo, y esto se repite durante tres meses. Asimismo, este dolor se manifiesta con los efectos de la migraña al menos durante 8 días.
- No pueden tomar la medicación oral para evitar las migrañas, ya que tienen intolerancias o no reaccionan de forma adecuada.