Pautas para prevenir y tratar los problemas gastrointestinales más frecuentes con el calor
En verano es más frecuente la aparición de trastornos intestinales, tanto en forma de gastroenteritis como de estreñimiento, ambos muy ligados a esta época. Esto se debe en gran parte al calor, que propicia la descomposición de los alimentos y, con ello, las infecciones, y también por el cambio de horarios y de tipo de alimentación, entre otros factores.
La gastroenteritis, o diarrea, provoca un aumento de las deposiciones, que además son líquidas. En cambio, el estreñimiento provoca dificultades para la defecación y disminuye el número de las deposiciones. Para evitar estos problemas de salud en verano, y en especial en vacaciones, te indicamos las pautas para prevenirlos y tratarlos.
Gastroenteritis en verano: por qué ocurre
El calor favorece la aparición de este problema gastrointestinal, cuyo principal síntoma es el aumento de las deposiciones. La doctora Sonia García Vizuete, jefa de servicio de Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud Sur , nos advierte que «son especialmente vulnerables los niños pequeños, los ancianos y los enfermos crónicos».
Las gastroenteritis pueden producirse en verano por diferentes causas, entre las que se encuentran:
Por virus intestinales, que además son muy contagiosas. Los síntomas son diarreas durante 3-4 días, vómitos, malestar y, en ocasiones, fiebre de 37 o 38ºC.
Por bacterias. En la mayoría de las ocasiones se trata de bacterias muy similares a las que se encuentran en la flora intestinal. Sin embargo, en algunos casos, como la salmonelosis, son infecciones originadas por bacterias que pueden provocar la inflamación del intestino. Ejemplo de esto es la salmonelosis, que puede surgir por la contaminación alimentaria. Los síntomas son más intensos, generando malestar y, en ocasiones, fiebre alta y sangre con la deposición.
Por parásitos microscópicos. Pueden aparecer por no lavar bien las verduras o en agua de pozos, aunque el riesgo es mayor en países con sistemas de aguas menos perfeccionados.
Las claves para prevenir la gastroenteritis
Debemos lavarnos las manos, especialmente después de haber estado en contacto con alguna persona infectada, y en la cocina debemos aplicar las medidas de seguridad alimentaria, así como no romper la cadena de frío en la carne, los huevos y las salsas, que son muy sensibles al calor.
Cómo tratar la diarrea
Cuando aparece la diarrea, erróneamente se suele tomar algún medicamento para tratar de pararla. Sin embargo, la doctora García nos aconseja «nunca tomar fármacos antidiarreicos para ‘cortar la diarrea’, puesto que pueden ser peligrosos si es una diarrea infecciosa».
En cualquier caso, nuestra doctora nos señala que lo más importante es «recuperar los líquidos perdidos con la diarrea, por lo que se intentará siempre la hidratación oral, a través de suero, agua, caldo, infusiones, etcétera». Por lo tanto, es fundamental ingerir líquidos con frecuencia.
En cuanto a la alimentación, nuestra doctora nos indica que «la dieta blanda no ha demostrado servir para nada y puede ser contraproducente». Además, en caso de realizarse, no se debe prolongar durante más de 3-4 días. También debemos evitar aquellos alimentos más densos, como la carne y las legumbres.
Por último, se debe realizar reposo y prescindir de la toma de antibióticos si no están prescritos por nuestro médico, ya que solo resultan útiles en la diarrea bacteriana. Sobre esta última, nuestra doctora añade que «es importante realizar un cultivo de las heces para intentar averiguar qué microorganismo está produciendo el problema, y, con frecuencia, es necesario administrar antibióticos o antiparasitarios para que se resuelvan».
Señales que pueden ser preocupantes en la gastroenteritis
Debemos poner especial atención en estos casos:
- En niños y ancianos
- Cuando los vómitos y la imposibilidad de beber no permiten recuperar los líquidos perdidos
- La orina es de color oscuro, la boca está seca y se presenta demasiado cansancio
- La fiebre supera los 38ºC
- Las heces tienen sangre
- La diarrea se prolonga más de 3-4 días
Estreñimiento y sus efectos secundarios
Las vacaciones pueden conllevar la aparición de estreñimiento, que consiste en una disminución del número de deposiciones, así como dificultad para defecar.
El doctor Alejandro Hernández Camba, especialista en Aparato Digestivo de los hospitales Quirónsalud Costa Adeje y Tenerife, nos indica que «los cambios en la rutina, el hecho de permanecer más tiempo fuera de casa y la mayor deshidratación que provocan las altas temperaturas explican que en verano nos estriñamos más«.
A esto hay que añadirlos efectos secundarios del estreñimiento:
- Pesadez
- Falta de apetito
- Dolor de cabeza
- Distensión en el abdomen
- Malestar
Cómo prevenir el estreñimiento en vacaciones
- Beber agua cada día, alrededor de 2 litros cada día u 8 vasos de agua. Mantenerse hidratado también ayuda a evitar los cálculos renales.
- Llevar una dieta rica en fibra. En este sentido, se deben incluir cereales integrales, peras, fresas y otras frutas, frutos secos y espinacas y otras verduras.
- Consumir menos grasas saturadas, puesto que, en general, contienen demasiada cantidad de sal, lo que puede favorecer la deshidratación del organismo.
- Evitar consumir bollería industrial, que tiene bajo contenido en fibra, además de otros ingredientes no saludables.
- Mantener los horarios de las comidas.
- Realizar ejercicio.
- Acudir al baño si se presentan ganas de defecación.
¡Ojo con los laxantes!
Antes de recurrir a ningún producto para el estreñimiento es mejor contar con la valoración del médico, quien evalúa cada caso. El doctor Hernández matiza que «los laxantes que venden en herbolarios y farmacias, que no necesitan la recomendación del médico, pueden ser contraproducentes», añadiendo que «el cuerpo se acaba por acostumbrar, lo que impide el movimiento natural del tracto intestinal y general cierta dependencia si se toma durante un tiempo prolongado».